Tatsumi Orimoto, es el artista japonés que me enseñó a leer el pan.
(Texto original escrito para http://www.artescontemporaneos.com ahora https://mirevista.com)
Tatsumi es un artista performance japonés que hace pocos meses ha dejado rastro en Roma, en Sala 1, en Termini y en Campo di fiori o piazza Navona entre otros lugares.
El evento ha sido un encuentro entre la compleja dimensión oriental y la historia milenaria de Roma. El artista ha presentado una serie de fotografías (Art-mamma, the existence of my mother is art) en la galería, y más tarde, ha mostrado su performans en sitios más que emblemáticos en la ciudad eterna. Esta performans se llama Bread man y se trata de una muy peculiar exibición de conceptos básicos como la sorpresa y la globalización.
Tatsumi Orimoto representa los problemas suscitados de la experiencia de lo cotidiano. Soltero y sin hijos, vive desde hace años con su madre, anciana enferma de Alzheimer, y todo su esfuerzo se concentra en su felicidad y en sus cuidados.
Las fotografías muestran a su madre en sus lugares habituales pero contextualizados de maneras asombrosas. Acciones, objetos y posturas nada corrientes que confrontan con la monotonía y la rutina de sus días afrontando la enfermedad. Resulta muy interesante la expresión natural de la mujer, portando, por ejemplo, unos enormes zapatos que la alzan varios centímetros.
Performance
En esta performance, el artista nipón, se cubre la cabeza con barras de pan, alimento esencial para todos, hasta privarse de la visión como metáfora de la ceguera de la subjetividad en la que vive. Así, el artista hace un recorrido por los lugres más emblemáticos de la ciudad romana. Una operación de mitología individual donde la obra representa a la propia vida, recordando la raíz duchampiana de la teatralidad en el arte, pero amplificándolo de manera bestial.
Esta performance, a parte de fotografiada y documentada, fue grabada en Super 8por el artista Sergio Marcelli, el cual ha presentado, también el Sala 1, el fantástico montaje tanto visual como sonoro.
El arte actual no es simple de entender, pero basta con inmiscuirse un poco en la cabeza del artista para sentirse parte de la obra, entenderla y disfrutarla.
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